¿A quién va dirigido?
- A quienes deseen reconectarse con su niño interior para recuperar la espontaneidad perdida durante el camino de convertirse en adultos.
- A quienes sientan que ciertas heridas emocionales sufridas en su infancia les siguen condicionando en el presente en el vínculo con uno mismo y con las personas cercanas.
- A las personas interesadas en el crecimiento personal en general, con el objetivo de adquirir recursos para mediar de forma sana y consciente tanto con su "yo adulto" como con el "niño/a" que fue y que sigue habitando en su interior por siempre.
¿Cómo se estructuran las clases?
Se ofrecen contenidos teóricos que permiten la toma de consciencia de las propias heridas emocionales no resueltas, especialmente las recibidas desde la infancia.
Se desarrollan también ejercicios vivenciales que faciliten la conexión con las propias emociones aprendiendo simultáneamente a mediar con ello.
También incorporaremos herramientas terapéuticas Gestálticas y usaremos las Constelaciones Familiares si surgen aspectos relacionados con lealtades o memorias provenientes del árbol familiar.
¿Cuál es el temario?
Son cuatro módulos, uno por cada clase del curso:
Primer módulo
"Los tres niveles del niño interior: el niño amoroso,
el niño herido y el niño superviviente."
Nacemos amando incondicionalmente porque ésta es nuestra naturaleza esencial. Agradecemos la vida y estamos dispuestos a conectar con quienes estén a nuestro alrededor para quererlos y dejarnos querer. Pero este amor que de entrada es tan puro queda muchas veces bloqueado por las dificultades de nuestros padres y del resto de adultos para satisfacernos en todas nuestras necesidades básicas: cariño, respeto, atención, escucha, etc.
Estas carencias provocan el nacimiento de nuestro "niño herido", como segundo nivel, que condicionará nuestra personalidad y los que se constituyan como nuestros puntos ciegos una vez seamos ya adultos. A continuación, para seguir adelante construimos también otro nivel siguiente desde nuestro niño, que es el del niño superviviente como representante de nuestras creencias limitantes, nuestros hábitos tóxicos y todo aquello que hacemos para evitar experimentar nuestro dolor genuino y nuestra soledad ante ello.
En este módulo trataremos estos tres niveles del niño interior para identificarlos, los trabajaremos internamente y pondremos luz donde antes sentíamos solamente oscuridad.
Segundo módulo
"Identificar las carencias del niño herido: lo que
nos faltó y lo que nos sobró en nuestra infancia."
La infancia es la etapa más importante de nuestra vida desde un punto de vista psicológico, porque de ella dependerá posteriormente nuestro modo de posicionarnos ante el mundo y los demás. Por lo tanto, todo lo que nos pudo resultar excesivo o insuficiente de niños tendrá un peso relevante en las decisiones que tomemos, en la forma en que nos relacionemos y en cómo nos tratemos a nosotros mismos.
Si nos faltó cariño nos costará querernos y expresar nuestros sentimientos a los demás. Si nos sentimos descuidados nos descuidaremos con nosotros mismos. Y si nos faltó coherencia por parte de los adultos que se hicieron cargo de nosotros, nos resultará muy complejo ser coherentes con quienes nos relacionemos. A veces es al contrario y nos vamos al otro extremo sobre aquello que para nosotros resultó una carencia, lo cual tampoco es positivo. Identificando las que sean nuestras carencias tendremos una gran oportunidad de subsanarlo y de no seguir sucumbiendo ante ello.
Tercer módulo
"Sanar las carencias del niño herido: dejar de
sobrevivir para comenzar a vivir plenamente"
¿Cómo podemos mediar con nuestro dolor interno para que éste no nos aplaste o limite en exceso?. El dolor forma parte de la vida, pero en nuestras manos está que resulte llevadero y relativamente ligero o quedar aprisionados ante éste perdiéndonos las buenas oportunidades que nos puede estar concediendo la vida.
Sanar significa ventilar nuestras emociones, primero reconociéndolas, y segundo expresándolas de forma segura sin hacernos daño y sin hacer daño a nadie cercano. ¿Cómo se hace eso?. Aprendiendo a respirar nuestras emociones, dándoles espacio y sobretodo no reprimirlas, no exagerarlas ni tampoco distorsionarlas con otra emoción que no sea la genuina.
Todo ello nos permitirá liberar a nuestro niño interior para que no siga tan herido, y para que tenga mejores opciones de nutrirnos con su alegría, entusiasmo y optimismo.
Cuarto Módulo
"Conclusiones y cierre"
En este último módulo resolveremos las dudas que queden pendientes y realizaremos más ejercicios y Constelaciones Familiares para terminar de integrar todo el trabajo realizado durante el curso. También se darán sugerencias de cómo seguir sanando lo que vaya surgiendo desde el árbol familiar.