La terapia Gestalt es un estilo de acompañamiento cuya meta es ayudar a la persona a que se ayude a sí misma para que se sobreponga ante aquello que le hace sufrir. También le facilita el vivir del modo más pleno y consciente sintiéndose más a gusto consigo misma.
Algunos ejemplos de lo que se puede abordar desde la Gestalt son:
- Trabajar bloqueos emocionales: incapacidad para decidirse entre dos o más opciones de importancia vital, sensación de estar entre la espada y la pared, estancado sin saber que cambiar o como satisfacer las propias necesidades o deseos.
- Duelos no sanados: fallecimiento de personas cercanas, cambios de residencia, divorcios y todo aquello que se requiera procesar para recuperar la alegría perdida.
- Abordar la timidez, la vergüenza, las inseguridades: o cualquier otro sentimiento que le impida a uno relacionarse fluidamente con los demás por temor al rechazo o al abandono.
- Superar roturas de relaciones: que tal vez llegaron de improvisto o de un modo en el que nada se pudo hacer para remediarlo. Conseguir aceptar lo ocurrido tomando la parte de responsabilidad que a uno le corresponda y volver la vista al horizonte para seguir viviendo, amando y prepararándose para encontrar un nuevo amor si es lo que se desea.
- Mayor auto-conocimiento: tener el valor suficiente para mirarse por dentro uno mismo transformando aquellas creencias limitantes en otras más flexibles y conectadas con el presente actual.